Dos tratamientos contra el trastorno bipolarEl carbonato de litio es el medicamento más utilizado para manejar esta enfermedad.
Texto y fotos de Diana Marcela Salazar
Las personas que sufren el síndrome afectivo bipolar tienen dos opciones: tratamientos farmacológicos y los psicoterapéuticos.
Esta enfermedad se caracteriza por los cambios en los estados de ánimo que sufren los pacientes: varían desde períodos de euforia llamados episodios maniacos y estados de melancolía conocidos como episodios depresivos.
Carlos Molina, médico psiquiatra egresado de la Universidad del Rosario, menciona que los tratamientos en los cuales se utilizan medicamentos son los más efectivos debido a que controlan estos eventos.
La droga más utilizada es el carbonato de litio, pues sus consecuencias secundarias como intoxicaciones o efectos neurológicos son mínimos.
La siguiente es el ácido alproico que sirve para modular estos efectos y después viene la carbamazepina, cuyo origen se debe a los tratamientos derivados de la epilepsia.
Finalmente está la olanzapina, el cual es un antipsicótico cuyas consecuencias son menores pues genera alteraciones en el movimiento corporal, somnolencia, inquietud y ansiedad.
Los procesos psicoterapéuticos han perdido fuerza pero entre ellos se encuentran diferentes terapias como el psicoanálisis, que se acompaña con psicofármacos.
Otra opción es la terapia cognitiva-conductual, que analiza las conductas de estas personas y las intervenciones del entorno social que ayudarían a controlar a los pacientes antes y después de los ataques.
Momentos de la enfermedad
Según el médico Molina, los episodios maniacos se caracterizan por el aceleramiento en las actividades diarias, dificultades para dormir, hipersexualidad y la infracción de normas.
En cambio las fases depresivas producen sensación de encierro, desesperanza, falta de sueño y de apetito; además se presentan ideas suicidas que en algunos casos se llevan a cabo.
Otra clase de episodio se puede denominar mixto ya que la persona sufre alteraciones de manera compuesta aunque su diagnóstico se detecte por su fase maniaca que finalmente llega a su fase depresiva.
Para poder manejar esta enfermedad, es necesario mejorar el entorno personal, junto a un tratamiento con base en fármacos y un acompañamiento durante y después de los episodios, aseguró el doctor.
Los pacientes con esta enfermedad, si se trata de manera correcta, pueden llegar a ser personas productivas, pero es necesario un apoyo constante.
Diagnóstico
El dictamen se basa en ciertos elementos como la historia clínica, familiar y personal del paciente; una entrevista objetiva donde se analizan factores como su conducta, el relato de su enfermedad y la coherencia que este tenga.
Además se realizan otros exámenes para descartar ciertos factores orgánicos, llevando a cabo la hospitalización del paciente junto a una observación constante.
También se descartan ciertos diagnósticos diferenciales que afecten la vida cotidiana, entre estos se excluyen los trastornos de hiperactividad, episodios disociativos (trastorno de personalidad múltiple) y trastornos del control de impulsos (cleptomanía), según páginas de internet especializadas.
El trastorno afectivo bipolar se diagnostica en adultos entre 25 y 40 años, pero se presentan casos particulares en menores de 13 y 14 años.
Su tratamiento es costoso y las intervenciones del estado son mínimas. Las personas tienen un acceso restringido ya que el gobierno no tuvo en cuenta la salud mental, afirmó Molina.
RecuadroAspecto histórico de la enfermedad
El término bipolar nació a finales del siglo XIX cuando surgió una enfermedad llamada psicosis maniaco-depresiva, sin embargo se hizo un refuerzo por establecer la diferencia entre esta enfermedad y la esquizofrenia.
En la psicosis se presentaban cuadros donde los estados afectivos variaban entre la tristeza y la euforia, en cambio, en la esquizofrenia las alteraciones eran tipo mental, que producían ideas alucinantes.
Debido a que no todas las psicosis se parecían, se hizo una separación considerando los trastornos que involucraban estados de ánimo y se llevó a un nuevo diagnóstico denominado trastorno bipolar.
Personajes históricos que tuvieron esta enfermedad
· El pintor holandés Vincent Van Gogh, tuvo episodios depresivos y comportamientos compulsivos como cortarse su oreja.
· El emperador romano Julio César, de quien jamás se supo si sufrió de epilepsia o de este trastorno.
· Francisco de Goya, pintor español que a través de sus oscilaciones en la expresión artística de sus pinturas mostraba sus cambios de ánimo. (sus pinturas negras ).
Muchas veces la creatividad se encuentra unida a la locura, pues “quien es creativo tiene que salirse del molde y ver otra perspectiva” concluyó el psiquiatra Carlos Molina.
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